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miércoles, 16 de junio de 2010

“Que no nos pidan que olvidemos”


Emotivo acto organizado por el Foro por la Memoria Histórica en el cementerio municipal de El Puerto.

Teresa Almendros/el Puerto (Diario de Jerez)

Familiares de más de medio centenar de republicanos fusilados durante la Guerra Civil en El Puerto protagonizan un emotivo acto organizado por el Foro por la Memoria Histórica en el cementerio municipal.

El cementerio municipal se convirtió, el sabado 12, en el escenario del homenaje que el Foro por la Memoria Histórica tributó a 54 republicanos que fueron asesinados en El Puerto durante la Guerra Civil, la mayoría de ellos en los primeros días tras el alzamiento. Los familiares de muchos de ellos no habían sabido hasta ahora qué fue de sus padres o abuelos, y no ha sido hasta ahora cuando el trabajo en archivos y documentos ha permitido seguir la pista del paradero de muchos de estos desaparecidos.

Más de 200 personas participaron en el acto de ayer, sencillo, emotivo y cargado de recuerdos, los de muchos de los hijos y nietos de los represaliados que bien por su propia experiencia o por las historias que han pasado de generación en generación, rememoraron aquellos días terribles en los que muchas familias quedaron destrozadas.

Representantes de la mayoría de las formaciones políticas representadas en El Puerto se encontraban presentes en el acto, entre ellos el alcalde, Enrique Moresco, y los ediles Alfonso Candón, Pepa Conde, José Manuel Vela, Ángeles Mancha, Ignacio García de Quirós, Ouaicha Ouaridi, Juan Gómez o José Manuel Peinado Matiola, entre otros, además del parlamentario andaluz Ignacio García, el profesor José Petthengui, el presidente de la asociación pro derechos humanos, Rafael Lara o los sindicalistas José Rodríguez y Elías Py.


El encargado de abrir el acto fue el representante del Foro por la Memoria Histórica, Carmelo Ciria, que señaló que la lucha de la asociación no termina con la inauguración de este monumento, ya que como dijo “más de 600 presos murieron de hambre en el Penal y hemos de conseguir el reconocimiento de todas esas personas, que entregaron su vida en defensa de la República”, dijo.

Entre los asistentes se podían ver varias banderas republicanas, algunas portadas por personas muy mayores, visiblemente emocionadas, lo mismo que sus familiares. Los miembros del Foro fueron nombrando a cada uno de los 54 fallecidos, cuyos familiares colocaban un clavel rojo sobre la lápida en la que estaban inscritos todos los nombres. Con cada nombre se daba a conocer una historia. La del padre de Francisco Artola, cuyo hijo recordó el último beso que le dio, antes de irse para no volver. La de Carlos de la Flor El cosita buena, que enseñaba a leer a los niños del sindicato, la del último alcalde de El Puerto antes del alzamiento, Manuel Fernández Muro, comerciante de la plaza de abastos. La de José García Joselete, que tenía 20 años cuando murió. La del padre de Rafael Gómez, Ceferino Gómez, que le dijo a su mujer cuando fue a verle a la prisión que se llevara unos pañuelos sucios “pero que no se los lavara, que ya no los iba a necesitar más”. La del profesor Ángel Madrigal o la del médico Daniel Ortega, fundador del Partido Comunista en El Puerto. 54 historias dramáticas que ayer removieron los sentimientos de todas las personas que acudieron al acto de homenaje.


El nieto de uno de los fusilados leyó una carta escrita por su madre, que nunca llegó a conocer a su progenitor, en la que le decía que “no te dejaron ser un buen padre, pero sin estar, has estado siempre a nuestro lado. Que no nos pidan que olvidemos”, reclamó. “Yo no conocí a mi padre pero he vivido su vida entera por boca de mi madre, que no ha dejado de hablarnos de él”, decía otra mujer, visiblemente emocionada. Hijos, nietos y bisnietos, algunos con fotos de sus familiares y muchos de ellos procedentes de otras localidades, tuvieron ayer al menos el consuelo de un reconocimiento a la memoria de sus seres queridos.

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